En el método científico
partimos de una hipótesis, o proposición aceptable, aunque no esté confirmada nos
ayuda a explicamos distintos fenómenos. Hoy sabemos que la luz tiene dos hipótesis
opuestas entre si (y también complementarias). La luz se puede comportar como una
partícula solida (llamada fotones) o como onda electromagnética. Dependiendo de
cuál hipótesis utilicemos podemos explicar ciertos fenómenos. Si la luz es una
onda electromagnética, podemos entonces hablar de propagación, refracción,
difracción y podemos separarla en colores, podemos entonces, por ejemplo, tener
imágenes en televisión o en un proyector. Es decir, desde la hipótesis podemos
entender fenómenos que nos permiten desarrollar aplicaciones prácticas de la
luz.
La hipótesis “No somos seres humanos con una experiencia espiritual, somos seres
espirituales viviendo una experiencia humana”no
es mía, mi razonamiento me dice que esta
hipótesis nos permite entender una serie de fenómenos prácticos. Todos nuestros
sentidos nos hacen llegar señales externas que llegan hacia nuestro espíritu. Los
olores, sabores, frio, calor, imágenes, sensaciones en la piel son fenómenos que
nuestra mente los transforma en emociones y las que procesamos con nuestra
neurología. Si esto es así, toda experiencia que vivimos es una experiencia que
lleva a nuestro espíritu a un aprendizaje. Esta hipótesis nos permitiría comprender
por lo tanto que todo lo que nos pasa es una experiencia de aprendizaje, para
que nuestro espíritu pueda experimentar esta experiencia humana. ¿Cuánto se
abre la conciencia de nuestro espíritu con esta hipótesis? ¿Cómo afecta esto a
todas nuestras relaciones? ¿Cómo afecta esto a vuestro sentido de vida?